Andres Bejerano
La Caridad del Cobre: Ochún,
La Mensajera de Olofi.
La Patrona de Cuba: para
unos, La Caridad del Cobre de la religión católica, para otros, la alegre y
mitológica Ochún del panteón Yoruba.
Su amor alcanza a todos, no
hace distinciones. Ama a sus hijos, lo mismo Cachita que Yyalode, va de
hospitales a carreteras, cruza el mar en su legendaria barca, desde La Iglesia
de la Caridad del Cobre en Santiago de Cuba a La Ermita de La Caridad en
Miami.
La he visto también en su
constante peregrinar en la ciudad de Los Angeles, en Latinoamérica, Europa y
Asia y por supuesto en mi vieja y bella Habana.
"CUENTAN QUE CUENTAN"
nuestros ancestros, que siglos atrás, la "Ochún Kolé Kolé" voló al cielo y llegó
a donde otros no pudieron, el palacio donde reinaba Olofi, Dios supremo de la
religión Yoruba. Trataba la Yyalode de interceder a favor de los hombres. Salvó
así, de epidemias, hambre y guerras a la raza humana.
Contaba también Lydia
Cabrera en su libro Yemayá Ochún un patakí sobre cómo Ochún en uno de sus muchos
avatares, Salvó a Babalú Ayé (San Lázaro). Decía también que por su marcado
sincretismo este patakí debió originarse en Cuba:
Babalú Ayé era muy mujeriego
y andaba continuamente de juerga en juerga, incapaz de someterse a la vida
ordenada que le aconsejaban sus mayores. Un jueves Santo, Orula el adivino, le
pidió que al menos esa noche se recogiera al buen vivir.
Babalú Ayé sin atender al
consejo de Orula, se fue de juerga con una de sus muchas amantes, al día
siguiente Babalú amaneció con todo su cuerpo cubierto de llagas y murió. Todas
las Diosas Yorubas acudieron a Olofi a pedir clemencia por el desobediente, pero
ninguna logró nada. Fue entonces, que la astuta Ochún Kolé, llamó a la "Ochún
Yeyé Moró", la más disipada de todas, la bella entre las bellas, para que regara
su miel por el palacio de Olofi,.
No se hizo esperar el
efecto.
Olofi curioso, llamó a todas
la diosas, pero ninguna había sido la responsable de tan dulce ardid. Orula
entonces le hizo notar que faltaba Ochún, a la que mandó a buscar y preguntó por
el bendito néctar.
- Esa es mi oñí, mi miel.
Respondió Ochún
- ¡Quiero más ! Le dijo
Olofi.
- Devuélvele la vida a
Babalú Ayé y te daré más Oñí. Dijo con gracia la bella Ochún.
Cuenta entonces la leyenda,
que gracias a Ochún Yeyé Moró y a Ochún Kolé Kolé, la mensajera, Olofi resucitó
a Babalú Ayé.
Cuentan también, que La
Virgen de Regla, Yemaya; Patrona de La Habana, la verdaderamente dueña de todas
las riquezas y madre de todos los orichas, salvó a Ochún, que despojada de todo
su esplendor, fue arrastrada por la turbulentas corrientes de un río
revuelto.
Muchos mitos y leyendas
podríamos contar, cada uno más sorprendente y bello que otro.
Sólo me queda dar las
gracias a mi Cachita, mi Yyalode, la más compasiva de todos los orishas, por ser
mi dulce guardiana. Y pedirle con fe, que en estos tiempos de angustia, este 8
de Septiembre, escuche el ruego de mis hermanos cubanos.
maimenes
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