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La ruta del
Atlántico era atractiva no sólo para los exploradores y adelantados, sino y
sobre todo, para los reinos interesados en fines lucrativos y en hallar el paso
a India.
Hacia el siglo XV, la rivalidad por el Atlántico y los
descubrimientos gira alrededor de Portugal y España, sumándose a éstos los
conflictos sucesorios.
El deseo de expansión llevó a un enfrentamiento por el
derecho de los territorios descubiertos. A menudo, tal potestad estaba fundada
en una cuestión de ocupación cuyo antecedente se encuentra en los primeros
viajes realizados por los exploradores portugueses.
A mediados del siglo XV,
los descubrimientos efectuados por Portugal fueron consensuados por el Papa
quien cedió la exclusividad mediante bulas pontificias. En 1454 se concede al
rey Alfonso de Portugal la posibilidad de conquistar tierras en manos de paganos
y/o moros y en 1456 reserva a los portugueses las tierras descubiertas más allá
del Cabo Bojador que incluía el centro y sur de África.
Asimismo, el Papa
cedió a Portugal la exclusividad de los descubrimientos del Atlántico.
El
problema se suscitó con las islas Canarias, largamente ocupadas por los reyes de
Castilla.
En 1479 se firmó el Tratado de Alcáçovas entre Castilla y Portugal,
primer acuerdo en regular las posesiones coloniales.
Los términos del trato
fueron los siguientes:
A la altura de las islas Canarias se trazó un
paralelo: los españoles podrían explorar y, en tal sentido, conquistar las
tierras que estuviesen al norte de esa línea.
Por su parte, Portugal se
reservó para sí los territorios de Guinea, islas Madeira, Cabo Verde y de las
Azores.
Cabe mencionar, que tal delimitación liberaba el paso a Portugal:
navegando hacia sur podría llegar a África y así a las Indias.
El problema
se agudizó al regreso del primer viaje de Colón que debió parar en una de las
islas portugueses en virtud del mal tiempo, tomando éstos conocimiento de la
expedición enviada por la corona de Castilla.
Al Tratado se agregaron dos
bulas más llamadas “Inter Caetera” (1493), a través de las cuales se les cedía
el derecho a los españoles de las nuevas tierras descubiertas.
En la primera
bula El Papa cede los territorios y en la segunda definía los territorios como
españoles situados más allá de una línea imaginaria a cien leguas hacia
occidente de las Azores y Cabo Verde.
De hecho, diferentes historiadores
están de acuerdo en que las tierras descubiertas por Colón, en virtud del
Tratado, correspondían a Portugal y que con la intervención Papal perdieron el
derecho que les cedía la circunnavegación del Atlántico.
En esa
circunstancia, ambos países se reunieron para hacer una nueva repartición, cuyo
resultado derivó en el llamado Tratado de Tordesillas (1494).
algunos
extractos de este Tratado
Ferdinand e Isabelle, por la gracia de Dios, Rey y
Reina de Castilla, Léon, Aragón, Sicilia, Granada, Toledo, Galicia [...]. Así
pues, su altesse, el sérénissime el Rey de Portugal, nuestro gustado hermano
bien, nos envió a sus embajadores y a mandatarios [...] con el fin de
establecer, tomar nota y ponerse de acuerdo con nosotros [...] sobre lo que
pertenece al uno y al otro del océano que queda aún por descubrir.
Sus
altesses desean [...] que se trace y que se establezcan sobre dicho océano una
frontera o una línea derecha, de polo a polo, a saber, del polo ártico al polo
la Antártida, que esté situada del norte al sur [...] a tres ciento setenta
leguas de las islas de Cabo Verde hacia el oeste [...]; el Rey de Portugal
descubrirá todo lo que hasta entonces se descubrió o en el futuro y sus buques,
islas y continente, desde dicha línea como establecida arriba, al dirigirse
hacia el levante [...] pertenecerán al Rey de Portugal y a sus sucesores [...].
Y así, todo lo que, islas y continente [...], ya se descubre o se vendrá a a ser
descubierto por el Rey y Reina de Castilla y Aragón [...], desde dicha línea
[...] yendo hacia el poniente [...] pertenecerá a los mencionados el Rey y Reina
de Castilla [...]
MAIMENES
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Siempre se habla de la laboriosidad de
los canarios que emigraron a esta Isla caribeña y de sus costumbres, pero poco o
nada de una de las formas más singulares del lenguaje que trajeron
consigo.
De esas islas ibéricas —siete en total (El Hierro, La Palma, La
Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote)— uno de los
territorios cubanos que mayor número de emigrados recibió, entre fines del siglo
XIX y la década de 1930, fue sin dudas el municipio de Cabaiguán, ubicado en
esta provincia central del país.
En esa zona, considerada hoy como la
segunda mayor productora de tabaco en esta nación, los llamados «isleños» y sus
descendientes se han dedicado sobre todo a la siembra y recolección de esa
planta.
En El silbido gomero: aproximaciones para su estudio en
Cabaiguán, Jesús A. Martínez Gómez y Francisco Barroso Reyes dicen que el
chiflido articulado es «una forma de comunicación no tan conocida que yace en un
estadio intermedio entre el lenguaje figurativo y el articulado...»
Esta
curiosa manera de silbar fue introducida y difundida en Cabaiguán por
inmigrantes canarios procedentes de la Gomera, plantean.
Apuntan asimismo
que los descendientes de gomeros de esta localidad, muy cercana a la cabecera
provincial, aseguran que «sus ancestros se comunicaban silbando de una forma
algo extraña, en la que los labios desempeñaban el oficio de las cuerdas
vocales».
El referido trabajo se publicó en la Revista de Historia y
Patrimonio Siga la Marcha, donde sus autores detallan las tres modalidades
básicas del silbido articulado y la forma en que se colocan los labios para
lograr cada una de ellas.
Usando citas textuales de otros autores hacen
conocer que a través de esta manera de silbar es posible hacer preguntas, enviar
recados y lo que parece más insólito aún: sostener una conversación, para lo
cual se requiere obviamente de la destreza de los interlocutores.
Hasta
un S.O.S si era necesario para una situación que así lo ameritara era posible
trasmitir por medio de este lenguaje, aunque para fiestas, encuentros e
intercambio de opiniones también era utilizado.
Génesis de este silbar
Todo parece indicar que los canarios heredaron el silbido articulado de
sus antepasados más antiguos: los guanches, entroncados étnica y culturalmente
con los bereberes del norte de África.
Los expertos afirman que en el
siglo XV la comunicación por medio de esta forma de chiflido debió estar
propagada por todo ese archipiélago.
Etnógrafos hispanos consideran hoy
el llamado silbo gomero, único lenguaje silbado conservado en las islas desde
época prehispánica, como aporte cultural guanche fundamental en la construcción
de la identidad canaria, como elemento primigenio y aglutinador.
Por su
parte Martínez Gómez y Barroso Reyes aseveran que se toma conciencia de su
existencia en 1881, «en que sale a la luz un estudio sobre esta forma de actos
significativos en la Revista de Canarias».
En la actualidad, según los
datos consultados, en Canarias se preparan profesores en esta particular
modalidad de comunicación con el objetivo de perpetuar este relevante legado del
pueblo guanche.
Para algunos estudiosos del siglo XIX esta peculiar forma
de lenguaje daba la impresión de que la persona carecía de lengua y de todas las
islas del archipiélago canario, la Gomera fue la que mejor preservó el
característico silbido.
Existe la hipótesis de que la conservación de
este arcaico tipo de lenguaje se debió a las irregularidades geográficas del
además pequeño territorio de la Gomera, sus elevaciones y riscos que impedían el
desarrollo de vías de comunicación y el notable atraso de esta isla con respecto
a las seis restantes.
Los gomeros que emigraron a Cuba en la primera
mitad del siglo XX se establecieron en zonas de la región central como Sagua la
Grande, Quemado de Güines y Santa Clara, así como Mayajigua, Cabaiguán y Sancti
Espírituss; estas tres últimas localidades pertenecen a la provincia de
SanctiEspíritus..
Se estima que más del 80 % de la población de Cabaiguán
es de origen canario, por lo que la localidad es considerada la capital canaria
de Cuba.
Con la llegada del ferrocarril central en 1902 hay una gran
oleada migratoria hacia esta zona del país.
Canarias y su lengua
De acuerdo con expertos en lingüística algunos términos en desuso en la
península conservan su vigencia en Canarias y Latinoamérica, entre ellos:
curioso por cuidadoso; andancio por enfermedad epidémica leve; machucar por
machacar; frazada por manta; chiflar por silbar y fundamento por
seriedad.
Pero volviendo al singular lenguaje del que se ha hablado hasta
ahora, Martínez Gómez y Barroso Reyes indican que en un inicio muchos de los
vecinos de Cabaiguán ignoraban que se tratara de algo más que un extraño
chiflido, aunque la convivencia lanzó por tierra esta idea.
«Sin embargo,
el sistema de significados siguió siendo patrimonio casi exclusivo de los
gomeros nativos, que no lograron trasmitirlo a sus descendientes», aducen los
autores.
La explicación, opinan, estaría dada porque el territorio cubano
carecía de las condiciones topográficas adversas «que determinaron su
preservación en la Gomera».
Indican que sea por esta u otra causa, los
descendientes locales debieron obviar este elemento cultural, y lo cierto es que
«en Cuba la comunicación a través del silbido articulado dejó de ser una
necesidad»
En medio de las vegas de tabaco que ayudaron a levantar en
Cabaiguán aquellos inmigrantes de la Gomera, hoy sólo podemos imaginar el
peculiar silbido tal vez para invitarnos a compartir una humeante taza de café o
enseñarnos más acerca de su misterioso lenguaje.
Autor
Mayra
Pardillo Gómez, corresponsal de Prensa Latina en la provincia cubana de Sancti
Espíritus..www.prensa-latina.cu, Cuba
Martes, 30 de marzo del 2010
Hoy que el
Silbido Gomero, es patrimonio de la humanidad, nos llega este articulo desde la
prensa latina, que es digno de leer, cuantos Canarios quedaron en la perla del
Caribe, CUBA, y, cuantos murieron con esa ilusión de volver a pisar su
archipiélago y encontrarse con sus seres queridos, esto es un poco en homenaje a
ellos y sus descendientes.
maimenes