sábado, 25 de agosto de 2012

TRATADO DE TORDESILLA Y CANARIAS



La ruta del Atlántico era atractiva no sólo para los exploradores y adelantados, sino y sobre todo, para los reinos interesados en fines lucrativos y en hallar el paso a India.
Hacia el siglo XV, la rivalidad por el Atlántico y los descubrimientos gira alrededor de Portugal y España, sumándose a éstos los conflictos sucesorios.
El deseo de expansión llevó a un enfrentamiento por el derecho de los territorios descubiertos. A menudo, tal potestad estaba fundada en una cuestión de ocupación cuyo antecedente se encuentra en los primeros viajes realizados por los exploradores portugueses.
A mediados del siglo XV, los descubrimientos efectuados por Portugal fueron consensuados por el Papa quien cedió la exclusividad mediante bulas pontificias. En 1454 se concede al rey Alfonso de Portugal la posibilidad de conquistar tierras en manos de paganos y/o moros y en 1456 reserva a los portugueses las tierras descubiertas más allá del Cabo Bojador que incluía el centro y sur de África.
Asimismo, el Papa cedió a Portugal la exclusividad de los descubrimientos del Atlántico.
El problema se suscitó con las islas Canarias, largamente ocupadas por los reyes de Castilla.
En 1479 se firmó el Tratado de Alcáçovas entre Castilla y Portugal, primer acuerdo en regular las posesiones coloniales.
Los términos del trato fueron los siguientes:
A la altura de las islas Canarias se trazó un paralelo: los españoles podrían explorar y, en tal sentido, conquistar las tierras que estuviesen al norte de esa línea.
Por su parte, Portugal se reservó para sí los territorios de Guinea, islas Madeira, Cabo Verde y de las Azores.
Cabe mencionar, que tal delimitación liberaba el paso a Portugal: navegando hacia sur podría llegar a África y así a las Indias.
El problema se agudizó al regreso del primer viaje de Colón que debió parar en una de las islas portugueses en virtud del mal tiempo, tomando éstos conocimiento de la expedición enviada por la corona de Castilla.
Al Tratado se agregaron dos bulas más llamadas “Inter Caetera” (1493), a través de las cuales se les cedía el derecho a los españoles de las nuevas tierras descubiertas.
En la primera bula El Papa cede los territorios y en la segunda definía los territorios como españoles situados más allá de una línea imaginaria a cien leguas hacia occidente de las Azores y Cabo Verde.
De hecho, diferentes historiadores están de acuerdo en que las tierras descubiertas por Colón, en virtud del Tratado, correspondían a Portugal y que con la intervención Papal perdieron el derecho que les cedía la circunnavegación del Atlántico.
En esa circunstancia, ambos países se reunieron para hacer una nueva repartición, cuyo resultado derivó en el llamado Tratado de Tordesillas (1494).
algunos extractos de este Tratado
Ferdinand e Isabelle, por la gracia de Dios, Rey y Reina de Castilla, Léon, Aragón, Sicilia, Granada, Toledo, Galicia [...]. Así pues, su altesse, el sérénissime el Rey de Portugal, nuestro gustado hermano bien, nos envió a sus embajadores y a mandatarios [...] con el fin de establecer, tomar nota y ponerse de acuerdo con nosotros [...] sobre lo que pertenece al uno y al otro del océano que queda aún por descubrir.
Sus altesses desean [...] que se trace y que se establezcan sobre dicho océano una frontera o una línea derecha, de polo a polo, a saber, del polo ártico al polo la Antártida, que esté situada del norte al sur [...] a tres ciento setenta leguas de las islas de Cabo Verde hacia el oeste [...]; el Rey de Portugal descubrirá todo lo que hasta entonces se descubrió o en el futuro y sus buques, islas y continente, desde dicha línea como establecida arriba, al dirigirse hacia el levante [...] pertenecerán al Rey de Portugal y a sus sucesores [...]. Y así, todo lo que, islas y continente [...], ya se descubre o se vendrá a a ser descubierto por el Rey y Reina de Castilla y Aragón [...], desde dicha línea [...] yendo hacia el poniente [...] pertenecerá a los mencionados el Rey y Reina de Castilla [...]

MAIMENES

jueves, 23 de agosto de 2012

EL SILBO GOMERO EN LA ISLA DE CUBA




Siempre se habla de la laboriosidad de los canarios que emigraron a esta Isla caribeña y de sus costumbres, pero poco o nada de una de las formas más singulares del lenguaje que trajeron consigo.

De esas islas ibéricas —siete en total (El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote)— uno de los territorios cubanos que mayor número de emigrados recibió, entre fines del siglo XIX y la década de 1930, fue sin dudas el municipio de Cabaiguán, ubicado en esta provincia central del país.

En esa zona, considerada hoy como la segunda mayor productora de tabaco en esta nación, los llamados «isleños» y sus descendientes se han dedicado sobre todo a la siembra y recolección de esa planta.

En El silbido gomero: aproximaciones para su estudio en Cabaiguán, Jesús A. Martínez Gómez y Francisco Barroso Reyes dicen que el chiflido articulado es «una forma de comunicación no tan conocida que yace en un estadio intermedio entre el lenguaje figurativo y el articulado...»

Esta curiosa manera de silbar fue introducida y difundida en Cabaiguán por inmigrantes canarios procedentes de la Gomera, plantean.

Apuntan asimismo que los descendientes de gomeros de esta localidad, muy cercana a la cabecera provincial, aseguran que «sus ancestros se comunicaban silbando de una forma algo extraña, en la que los labios desempeñaban el oficio de las cuerdas vocales».

El referido trabajo se publicó en la Revista de Historia y Patrimonio Siga la Marcha, donde sus autores detallan las tres modalidades básicas del silbido articulado y la forma en que se colocan los labios para lograr cada una de ellas.

Usando citas textuales de otros autores hacen conocer que a través de esta manera de silbar es posible hacer preguntas, enviar recados y lo que parece más insólito aún: sostener una conversación, para lo cual se requiere obviamente de la destreza de los interlocutores.

Hasta un S.O.S si era necesario para una situación que así lo ameritara era posible trasmitir por medio de este lenguaje, aunque para fiestas, encuentros e intercambio de opiniones también era utilizado.

Génesis de este silbar

Todo parece indicar que los canarios heredaron el silbido articulado de sus antepasados más antiguos: los guanches, entroncados étnica y culturalmente con los bereberes del norte de África.

Los expertos afirman que en el siglo XV la comunicación por medio de esta forma de chiflido debió estar propagada por todo ese archipiélago.

Etnógrafos hispanos consideran hoy el llamado silbo gomero, único lenguaje silbado conservado en las islas desde época prehispánica, como aporte cultural guanche fundamental en la construcción de la identidad canaria, como elemento primigenio y aglutinador.

Por su parte Martínez Gómez y Barroso Reyes aseveran que se toma conciencia de su existencia en 1881, «en que sale a la luz un estudio sobre esta forma de actos significativos en la Revista de Canarias».

En la actualidad, según los datos consultados, en Canarias se preparan profesores en esta particular modalidad de comunicación con el objetivo de perpetuar este relevante legado del pueblo guanche.

Para algunos estudiosos del siglo XIX esta peculiar forma de lenguaje daba la impresión de que la persona carecía de lengua y de todas las islas del archipiélago canario, la Gomera fue la que mejor preservó el característico silbido.

Existe la hipótesis de que la conservación de este arcaico tipo de lenguaje se debió a las irregularidades geográficas del además pequeño territorio de la Gomera, sus elevaciones y riscos que impedían el desarrollo de vías de comunicación y el notable atraso de esta isla con respecto a las seis restantes.

Los gomeros que emigraron a Cuba en la primera mitad del siglo XX se establecieron en zonas de la región central como Sagua la Grande, Quemado de Güines y Santa Clara, así como Mayajigua, Cabaiguán y Sancti Espírituss; estas tres últimas localidades pertenecen a la provincia de SanctiEspíritus..

Se estima que más del 80 % de la población de Cabaiguán es de origen canario, por lo que la localidad es considerada la capital canaria de Cuba.

Con la llegada del ferrocarril central en 1902 hay una gran oleada migratoria hacia esta zona del país.

Canarias y su lengua

De acuerdo con expertos en lingüística algunos términos en desuso en la península conservan su vigencia en Canarias y Latinoamérica, entre ellos: curioso por cuidadoso; andancio por enfermedad epidémica leve; machucar por machacar; frazada por manta; chiflar por silbar y fundamento por seriedad.

Pero volviendo al singular lenguaje del que se ha hablado hasta ahora, Martínez Gómez y Barroso Reyes indican que en un inicio muchos de los vecinos de Cabaiguán ignoraban que se tratara de algo más que un extraño chiflido, aunque la convivencia lanzó por tierra esta idea.

«Sin embargo, el sistema de significados siguió siendo patrimonio casi exclusivo de los gomeros nativos, que no lograron trasmitirlo a sus descendientes», aducen los autores.

La explicación, opinan, estaría dada porque el territorio cubano carecía de las condiciones topográficas adversas «que determinaron su preservación en la Gomera».

Indican que sea por esta u otra causa, los descendientes locales debieron obviar este elemento cultural, y lo cierto es que «en Cuba la comunicación a través del silbido articulado dejó de ser una necesidad»

En medio de las vegas de tabaco que ayudaron a levantar en Cabaiguán aquellos inmigrantes de la Gomera, hoy sólo podemos imaginar el peculiar silbido tal vez para invitarnos a compartir una humeante taza de café o enseñarnos más acerca de su misterioso lenguaje.

Autor

Mayra Pardillo Gómez, corresponsal de Prensa Latina en la provincia cubana de Sancti Espíritus..
www.prensa-latina.cu, Cuba
Martes, 30 de marzo del 2010

Hoy que el Silbido Gomero, es patrimonio de la humanidad, nos llega este articulo desde la prensa latina, que es digno de leer, cuantos Canarios quedaron en la perla del Caribe, CUBA, y, cuantos murieron con esa ilusión de volver a pisar su archipiélago y encontrarse con sus seres queridos, esto es un poco en homenaje a ellos y sus descendientes.
maimenes