lunes, 20 de diciembre de 2010

HISTORIA DEL ARBOL DE NAVIDAD




El árbol de Navidad tiene sus orígenes en la antigua creencia germana de que un árbol gigantesco sostenía el mundo y que en sus ramas estaban sostenidas las estrellas, la luna y el sol. Esto que explica la costumbre de poner a los árboles luces
El árbol era también símbolo de la vida, por no perder en invierno su verde follaje cuando casi toda la naturaleza parece muerta. En algunas casas en los países nórdicos durante el invierto se cortaban algunas ramas y se le decoraba con pan, fruta y adornos brillantes para alegrar la vida de los habitantes de la casa mientras transcurría el invierno
Algunos creen que esta tradición es celta,  esto no es cierto El árbol de navidad proviene de la tradición germánica-escandinava, del culto al dios Frey
El árbol  tiene varios significados religiosos ya que ha sido utilizado como símbolo de la unión del cielo y la tierra: hunde sus raíces en la tierra y se levanta hasta el cielo; por eso en muchas religiones, sobre todo en las orientales, el árbol es un signo de encuentro con lo sagrado, del encuentro del hombre con la divinidad y de la divinidad con el hombre
En tiempos antiguos los germanos celebraban el nacimiento del dios Frey en una fecha cercana a la Navidad adornando un árbol perenne, llamado Yggdrassil o Árbol del Universo. Este árbol representaba en su copa, tronco y raíces diversos lugares sagrados de la mitología nórdica, como Asgard (casa de los dioses), Valhalla (palacio de Odín) o Helheim (reino de los muertos).
Con la llegada de los primeros cristianos a las tierras de los germanos en Europa Central y del Norte este culto se adaptó al cristianismo, Se cuenta que un misionero inglés en Alemania, en el siglo VII, comprendiendo que era imposible arrancar de raíz esta tradición pagana, la adoptó dándole un sentido cristiano, haciendo que el árbol adornado fuera también un símbolo del nacimiento de Cristo.
Según una leyenda, san Bonifacio (680-754), evangelizando tierras de Germania, taló un árbol que representaba el Ygdrassil para convencer a los druidas alemanes de que no era ni sagrado ni inviolable. El árbol al caer destrozó todos los arbustos excepto un pequeño abeto. San Bonifacio, interpretó la supervivencia del arbolito como un milagro: "Llamémosle el árbol del Niño Dios", dijo. Los años siguientes los cristianos celebraron las Navidades plantando abetos.
Sin embargo, hoy no usamos el árbol navideño gracias a san Bonifacio, sino a Martín Lutero, que fue quien lo “resucitó” como tradición.
Los  documentos que nos hablan de la costumbre de colocar en Navidad árboles de abeto o de pino en las casas son del s. XVII y mencionan a la región de Alsacia, tierra que se encuentra como Alemania y Francia. En los países nórdicos, en el s XVI, se empiezan a reunir las familias en torno a un árbol de Navidad. El día 24 los niños eran llevados a pasear o de día de campo, mientras los adultos colocaban y decoraban con dulces y juguetes el árbol; a su regreso los niños eran sorprendidos con el árbol y así daba inicio la celebración de la fiesta de Navidad. Esta costumbre cobra fuerza y se extiende como moda cuando la Reina Victoria de Inglaterra para celebrar la Navidad hace colocar un árbol en el palacio decorándolo con velitas que hacen relucir una serie de bellos y finos adornos
El árbol de navidad es un signo muy especial, en primer lugar se asocia al árbol de Navidad con el árbol de la vida, que lucía en medio del Jardín del Edén y después de la caída desaparece; la fruta y las decoraciones nos recuerdan las gracias y dones que el hombre tenía cuando vivía en el Paraíso en completa amistad con Dios

maimenes

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