Digna mansión de héroes, ruda tierra africana:
yo amo la brusquedad de tus paisajes
recios, donde mi espíritu polífono se hermana
lo mismo con el dulce rumor de la fontana
que con el vasto trémolo de tus montes salvajes!
Tú has puesto en mi pentagrama una nota
Y en mi alma un ensueño que me inspira
Cuando tú sepas el cuento de mi existencia rota,
yo quiero que tú vengas a recoger mi lira.
Bien sé que eres humilde, que eres solo una peña!
mas si el alma que sueña
en sus alas confía
como el cóndor, su hermano de los Andes,
quisiera ser un cóndor, patria mía;
quisiera ser un cóndor, que a porfía,
mucho más grande que las patrias grandes
hasta los cielos te prolongaría.
Atlántico glorioso de adorables murmullos,
queriendp armonizar para ti sus arrullos,
en tu pétrea orilla,
como cantor de una gentil consorte,
el "Roque de los Órganos" extraña maravilla,
con su genio inmortal pulsa 'Sh el norte.
Junonia: el mar te cante y glorifique,
mas el bardo mortal su plectro abdique.
El bardo que te ama
y sus líricas notas en tu seno derrama,
cruzará por doquier en pos del Arte
Plegué a Dios que su alígero corcel avive el paso
y relinche en la cumbre del Parnaso,
para que el mundo llegue a venerarte!
Pedro Bethencourt
maimenes
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