domingo, 9 de septiembre de 2012

HOMENAJE A MI QUERIDA TIA


Hace ya muchos años que nació una niña, morenita ella de carita bonita, que tenia una tía, pequeñita pero muy ágil, que la tenia como sus ojitos, la cuidaba y mimaba, soltera de edad no se sabe, pero si mayor, la llevo cuando su hermano nació para que le viera, hay María, que así se llamaba su tía, este niño no lo quiero yo es muy blanco, que cosas tenia la niña!, cuando su madre la castigaba en ocasiones por nada, solo los nervios que quizás le inspiraba su matrimonio, ella iba rápidamente a cobijarse bajo las faldas de María, en la madrugada, como se usaba en Canarias, se levantaba la tía y corría arriba, por aquellas escaleras empinadas hacia la cocina para hacer el café, ella entre sueños, lo olía y se decía, ahora viene María a despertarme, así ocurría, nos incorporábamos en la cama y cuanto nos sabia aquella bebida negra y olorosa!, luego a dormir volvíamos, hasta que ya en la mañana, no nos quedaba mas remedio que comenzar el día, pero como eramos pequeñillas, pues deberes y jugar por la tierra y a los alrededores del gran pinar que junto a la casa de la abuela hay, o porque no, a la tienda de su tío Pepe iba y miraba a la otra tía quisquillosa y presumida que era la señora!, solo hacia mandar y reprimir, pero claro a ella, nada de esto le importaba, pasaba totalmente, ella sabia que tenia a María cerca y nada podia ocurrirle.
Pasaron los años y un día llego un señor que venia a conocer a su tía, pues en aquel entonces, cuando una señorita pasaba de cierta edad, se le presentaba algún caballero mayor como ella, de buen porte y honrado el, por si se gustaban.
Así fue, pronto fue la boda, y que celebración, se casaba María!, cuanta gente, cuantos regalos, y la tarta?, yo no había visto algo igual, mis primas y yo, sobre todo la que mejor me entendía o me manejaba, la veíamos como si de cine fuese, pues tenia perlas plateadas y se comían, mi madre!, lo pensamos...........y la verdad no se de quien fue la idea, pero a los comensales nos dirigíamos a decirles que cuidado!, las perlas no se comían, nos hicimos con un buen puñado y subidas en la escalera y mirando entre los pilares, el movimiento de los invitados un buen festín nos dimos.
Que bueno era aquel hombre que mi tía había elegido o que le había gustado cuando se lo presentaron, pues el también con su edad estaba solo, tenia un buen trabajo y alguna herencia que sus padres le habían dejado, que mas se podía esperar?, nos quería a todas las sobrinas, como si de el fuéramos, jugaba con nosotras y nos aguantaba las vacaciones en su casa, yo era tan feliz, María me mandaba a comprar una perra de perejil, allí iba yo por esas calles de Telde, con mis cholas, pues claro en la capital iba de niña fina, pero allí era yo, libre como el viento, regaba sus plantas y me sentaba con ella para que me contara historias antiguas, que cosas..........los dos eran como mis segundos padres, me entendían y sabían cuan ansia tenia de aprender y conocer de mi tierra Canaria, a la familia de el le llamaban los indianos, pues habían venido de Cuba.
Las tardes, me las pasaba ayudando a cortar unos bordados que a una sobrina de el le daban y pagaban por metro hecho.
Un tiempo después llego la niña, madre de Dios, cuanta ilusión para mis tíos y, para toda la familia, yo marche con María para ayudarle al comienzo, le daba el biberón, le ayudaba a vestirla y la miraba embelesada, como si de mi hermana se tratara, ellos me seguían tratando igual, con el mismo esmero y amor, pero su hija...............eso era para María, el mejor regalo que Dios le había dado, ahí culminaba su vida.
Hoy que tanto jaleo hay con los matrimonios, tanto divorcio, separaciones y malestar, ellos eran un mundo diferente, el amor se respiraba, había pasión?, no lo se.........pues nunca puse atención a ello,
solo al cariño tan grande que veía pasar por mis ojos, ella parecía una Quicara, (pequeña gallina) cuando el le hacia alguna broma y después reían los dos, nunca vi discusión solo alegría, como no iba a querer a mi tía María?
La niña creció, se hizo una mujer y yo me case, pero, el destino quiso que fuese a vivir cerca de mis tíos, ellos vieron nacer a mi querido hijo y yo seguía igual, sentándome en aquella cocina, desde donde veía el patio y le contaba todas mis cosas, así como lo hacia desde jovencita y tenia mis primeros pretendientes, ella también hablaba conmigo como una amiga allí nos confesábamoss, mas tarde mi separación, y cuando tenia en la mano el documento fui corriendo decírselo, y quizás sea alguna costumbre ancestral, me regalo, un kilo de café, azúcar y gofio quizás con ello me decía, mientras yo este, nada ha de faltarte.
Y, llego el final, María descansaba en una cama del Hospital Insular, padeciendo una horrible enfermedad, de la que no saldría, pero su mirada y sus palabras, seguían siendo un consuelo para nosotros, yo me despedí, pues marchaba de viaje y me decían no llega a mañana, me traes un mexicano, decía ella con alegría y la poca vida que ya se le veía, cuando de allí salí, comente a la amiga-hermana, que me acompañaba, mi tía me esperara, ella no se marchara, hasta que hayamos vuelto, y, así fue, ella se fue definitivamente al día siguiente de mi regreso, en silencio y con la paz que le dio de sentirse querida por aquellos a los que dios su vida, sobre todo con el gran amor de su hija.
Parecerá mentira algo impresionante que me ocurrió, cuando la miraba en aquella caja horrible metida, sonreía y en ocasiones ponía cara de estar un poco enfadada, según quien se le acercase, pues si a su boda fue mucha gente, no quiero decir a su muerte, (a ella en la ciudad de Telde no se le escapaba un duelo o funeral, era conocida y querida,), pues si! sonreía...........esto lo vieron otras personas como su propia hija, y, yo sentí que me hablo y me trasmitió algo no se que.......... me emociono y dieron ganas de cantar y reír, Dios, si los demás lo hubiesen sabido, dirían, esta esta loca!.
Así se fue mi querida Tía, dando amor y alegría, como toda su vida hizo, de ella podríamos haber aprendido mucho, su casa, era la casa de todos, antes los transportes no estaban como hoy en día y todo el que a Telde venia a estudiar, allí iba a comer y dormir , si hacia falta, quien pan no tuviese, allí lo buscaba, así era mi tía María...................+

maimenes

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