Todas esas noches,
se quedaron atrás,
en tus ojos traicioneros,
como el mar,
falsas palabras,
en las noches frías,
salían de tu sonrisa,
fui una tonta al escuchar
tu odioso corazón.
porque a la final,
fui yo la que sufrió,
Tan apurada de alcanzar tus pasos,
me perdí y quedé tirada en el suelo,
con tierra bajo las uñas y unos ojos opacos,
me levanté en tinieblas y caminé a tientas,
te buscaba, aunque sabía que no estabas,
salí al sol que había olvidado,
y ya que me levanto de esta pesadilla,
sé que volverás a mí, de rodillas.
anonimo
maimenes
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